Esta es la horrible página que Mark Zuckerberg hizo a sus 15 años.
A veces es más riesgoso no correr riesgos. Cuando renuncié a los 26 años yo no tenía ningún plan.
Fue una decisión media irresponsable, riesgosa.
De la que no me arrepiento para nada.
Tenía algo de plata ahorrada. Bueno yo sentía que era un montón. Gastaba poco en ese tiempo, así que con los 5 millones de pesos que había logrado ahorrar sentía que podía vivir infinito tiempo sin ganar nada.
No me fue bien de un día para otro. De hecho nos demoramos años en que nos resultara algo.
Cuando con mis socios cumplimos 30 y nos dimos cuenta de que no habíamos logrado ni la milésima parte de los millones que Mark Zuckerberg tenía a los 26 (no habíamos logrado nada, en realidad, no habíamos generado ni un solo peso), nos deprimimos un montón. Ni siquiera lo hablamos. Nadie dijo nada pero empezamos a sentir el fracaso.
Menos mal nos aguantamos.
El efecto del tiempo es lo que uno, cuando es más joven, más desconoce.
Cuando estás emprendiendo el tiempo va haciendo su trabajo lentamente y como si fueran semillas que uno planta, la reputación, las redes, la experiencia, todo va componiendo y formando algo que de pronto empieza a agarrar fuerza y velocidad y no te das cuenta como un día tienes más oportunidades de las que puedes tomar.
No todos quieren ser fundadores de un negocio propio. Estar dispuesto a ser tu propio jefe al final significa no poder escapar del jefe y que te acompañe incluso mientras duermes.
Pero suponiendo que eres de esas personas que sí piensan que están destinadas a tener su propio negocio algún día, te tengo una noticia: el mejor momento es, lo antes posible.
Varios amigos y conocidos esperaron el “momento correcto” para lanzarse. “Primero voy a ganar experiencia en una empresa grande” - “Voy a ahorrar un poco más para poder contratar un equipo cuando lo haga” - “Todavía me falta conocer la industria”. Es claro que no hay una sola receta, y siempre hay excepciones, pero al menos en mi entorno, el que no partió antes de casarse y mucho antes de tener hijos, no lo logró.
Es obvio que mi opinión puede estar sesgada, pero lo he visto una y otra vez: si estás trabajando en una empresa muy grande no estás aprendiendo lo que necesitas para emprender. De hecho estás aprendiendo cosas que te perjudicarán, como funcionar en equipos tremendos, con planificaciones detalladas, presupuestos enormes y rodeado de especialistas de cada tema, y mientras más tiempo pases ahí, menos probabilidades tendrás de lograr vivir de tu propio negocio. Si te asusta tirarte de una a aprender de tus (malas) experiencias, al menos trabaja un rato en una startup, mira de cerca cómo lo hacen los fundadores, aprende de sus aciertos y sus errores. Si los fundadores de la empresa ya no andan cerca, es porque no es la escuela adecuada. Y bueno, quizás debieras simplemente empezar tu propio startup ahora.