Lo que los fundadores nunca te dirán en público
No hay medio más noble para transmitir información que las historias, ya que involucran nuestro intelecto y nuestras emociones. Además, tienen la capacidad de cambiar nuestras actitudes, creencias y comportamientos de maneras que ningún otro medio puede.
Las historias nos ayudan a dar sentido al mundo y con ellas podemos compartir nuestras experiencias con los demás de manera que se sientan identificados.
En los últimos años, he conversado con cientos de fundadores para conocer sus historias y debo admitir que lejos, pero lejos, las mejores que he escuchado no han sido en charlas, entrevistas ni podcasts.
Las mejores historias las he escuchado en ambientes distendidos, íntimos, no necesariamente glamorosos, donde los integrantes de un grupo se sienten relajados y lo suficientemente cómodos como para compartir sus experiencias sin mayor censura.
Una vez, en un evento relajado, un fundador nos contó sobre su proceso de levantamiento de capital. Era una startup que trabajaba con productos creados en laboratorios y parte de su estrategia era invitar a los inversionistas a que fueran a la oficina/lab para que vieran “el lugar donde sucede la magia”.
El inversionista llegaba y había un par de tipos con delantal blanco parados en la entrada, conversando casualmente sobre algo que parecía muy científico y elevado. Luego, mientras el fundador le contaba alguna historia interesante, caminaban por un pasillo donde los muros eran ventanas que daban hacia el laboratorio, y justo cuando iban en la mitad del pasillo salía algún humo de color morado o algo medio científico-cliché del estilo. Cuando terminaban de dar la vuelta al pasillo, subían una escalera y precisamente cuando pisaban el último escalón, aparecía una mujer cargando una hermosa caja llena de productos deliciosos que parecían literalmente recién salidos del laboratorio, pero que ya estaban perfectamente brandeados.
Todo sobre esa experiencia inspiraba al inversionista que esta startup tenía un engranaje perfecto, muy bajo control y al mismo tiempo completamente mágico y surreal. El lado racional y adulto del inversionista quedaba tranquilo y convencido, y el lado emocional y más infantil, excitado y lleno de ilusiones. Bueno, está de más decir que cerraron esa ronda muy exitosamente.
Lo que no sabían esos inversionistas, era que cada una de las cosas que había vivido ese día era orquestado. Los fundadores y el equipo ensayaban durante días para que cada conversación casual de pasillo, los eventos mágicos del laboratorio y la salida de los productos deliciosos listos para consumir fuera exactamente en el momento donde el inversionista probablemente lo notaría.
Lo que no es orquestado, es que realmente estaban construyendo algo extraordinario. Simplemente genios. Armaron una historia visual acompañada de un gran relato oral que hacía justicia a lo que estaban armando.
Ese es el poder que tiene una historia, por un lado, el de convencer a inversionistas como esos y por otro el de lograr que tú hayas leído mi post hasta aquí.
Las personas nos desenvolvemos de forma diferente en los ambientes públicos y en los privados. Las charlas, podcasts y entrevistas son buenas para que mostremos nuestro ser público y, naturalmente, ese ser no va a contar las historias que pertenecen a nuestro mundo privado.
Lo interesante, es que una de las fuentes más ricas de aprendizaje para un fundador, son esas historias íntimas de otros fundadores que están reservadas para la gente que los encuentra en el momento y lugar correcto.
Es por esto que para las startups de Platanus Ventures organizamos comidas íntimas donde nos aseguramos que haya rica comida, algo bueno para tomar y lo más importante, un grupo de fundadores buena onda, inteligentes e interesantes que tengan ganas de contar sus experiencias de forma relajada.
Estas comidas son lejos uno de los aspectos más valorados de nuestro programa, porque el conocimiento que obtienen todos a partir de las conversaciones es invaluable. Además, es una gran forma de conocer a gente extraordinaria y que típicamente tiene poco tiempo.
Para que te hagas una idea de quienes van, te dejo una foto de la primera comida organizada por PV en Chile:
No quiero ser yo quien siga contándote el valor de estas comidas, mejor te muestro lo que dijo una de las fundadoras de nuestro portafolio que las ha vivido:
Creo que esta fundadora da en el punto, es en estas comidas donde los fundadores cuentan historias que nunca dirán en público, y el aprendizaje que sacas de ellas es clave a tal nivel que puede cambiar tu perspectiva como emprendedora o el rumbo de tu startup.
Para los que se lo estaban preguntando, hacemos estas comidas para nuestro portafolio en todo Latinoamérica.