Una dev que no se atrevía a ser dev

Cultura abr. 05, 2022

Cuando salí de la U, estaba segura de que quería ser dev, pero no sabía si es que tenía los skills necesarios para eso. No tenía más experiencia que un par de cursos de web en el cuerpo y todos los avisos de trabajo que veía pedían experiencia en muchas cosas: Node JS, Python, HTML5, Javascript, AWS, Docker, API REST, Git, etc, etc, etc.

Así lucen la mayoría de los anuncios de trabajo para developers

Yo conocía varias de esas tecnologías, pero definitivamente no me consideraba experta en ninguna. Por eso, me metí a un programa de mentorías de mi U en donde un ingeniero que ya está inserto en el mundo laboral te cuenta cómo es la cosa y te ayuda a dar los primeros pasos.

La asignación del mentor no era al azar, había todo un proceso para que te tocara quien más hacía match contigo. Yo quería una en particular, Belén Saldías, que era bien conocida en la universidad por ser muy seca y además computina. Hice todo lo posible para hacer match con ella y lo logré.

En uno de los varios cafés que tuvimos hablamos justamente sobre estos anuncios terroríficos que poco ayudan a los recién salidos de la universidad (donde la mayoría tenemos 0 experiencia previa). Ella me reveló que en la práctica nadie esperaba que tuvieras nivel avanzado en todos los skills del anuncio, sin embargo, había notado que este tipo de anuncios le afectaba sustantivamente más a las mujeres en comparación a los hombres.

La razón, era que en general nosotras sí queremos cumplir con todos esos requerimientos, pero ellos simplemente se lanzan a pesar de que no cumplan con todo. Yo era una de esas que sí quería cumplir con todo para no decepcionar a nadie, menos a mi misma.

Su consejo fue que me lanzará, pero aun así, todo me parecía muy intimidante.

Me costó, pero me animé a postular a una de esas empresas con anuncio terrorífico y en la primera entrevista me dijeron que no. El argumento principal fue que cuando me hicieron la pregunta típica de las 5 fortalezas no supe qué decir.

Después de ese doloroso no, pensé en Platanus, empresa que amaba por su cultura, pero al mismo tiempo me aterraba, ya que eran expertos en Rails, framework que yo odiaba porque nunca lo entendí bien cuando lo usé para algunos proyectos en la U. Por otro lado, en frontend, yo tenía experiencia en React, pero ellos usaban Vue. Todo mal…

Sin embargo, Platanus tenía un anuncio muchísimo más friendly, así que postulé (igual con terror, pero harto menos que en mi postulación anterior).

Veía con mucho escepticismo mi opción de quedar porque no hacíamos mucho match con el stack tecnológico y dado que tenía poca experiencia era altamente probable que eso me jugase en contra sobre todo en la parte técnica del proceso.

Finalmente, y contra todos mis pronósticos, quedé.

Me llegó la oferta y estaba más feliz que perro con dos colas, pero acto seguido pensé: “cresta, ¿en qué me metí? ¿qué me vieron?… ahora que me eligieron no los puedo decepcionar”.

Mi experiencia

Cuando llegué a Platanus no sabía muy bien qué se esperaba de mí. Yo había advertido que no tenía mucha experiencia y también que no me manejaba en el stack tecnológico. Como no me manejaba en el stack, me prestaron un proyecto de juguete para aprenderlo. Estuve casi tres semanas en ese proyecto de juguete haciendo de todo hasta que me animé a entrar a un proyecto de cliente.

Si bien no era un proyecto grande (o no tan grande como otros proyectos que se hacen en Platanus), ya estaba funcionando con usuarios reales que usaban la plataforma todos los días para su operación. Por supuesto que aún no me sentía lista, pero le di nomás.

La plataforma consistía, entre otras cosas, en revisar cartolas para conciliar transferencias y llevar un registro de los pagos. Para eso, existía un scraper para traer los movimientos bancarios que había que mantener constantemente. Mi pega era reemplazar ese scraper por la API de Fintoc.

Me puse manos a la obra y pasó lo que tenía que pasar. Mientras hacía la integración, inevitablemente aparecieron algunos bugs, y entre tanta cosa, terminé bloqueando la cuenta de banco de nuestro cliente. La reacción del equipo no era la que esperaba, nadie me retó. De hecho hasta me dijeron lo bueno que fue que avisar rápidamente y se logró mitigar el problema muy temprano gracias a eso.

Después de ese traspié, me di cuenta de que al menos no esperaban que hiciera todo perfecto y que equivocarse es parte de lo que les pasa a los devs todo el rato y obvio que yo no iba a ser la excepción a la regla.

Así, fui agarrando más confianza y fui entrando a proyectos de todo tipo, cada vez más grandes. En todos ellos siempre me ha tocado implementar funcionalidades de cosas que nunca había hecho antes, resolver problemas que he generado yo misma u otras personas que le metieron mano al código antes que yo. Esto hace que constantemente me sienta desafiada y aprendiendo cosas nuevas todas las semanas.

No todo es programar

Actualmente, no solo estoy en proyectos programando, sino que también he explorado el mundo del diseño UX/UI. Al principio no sabía absolutamente nada sobre este tema y después de pasar por un par de mentorías me lancé a ser mentora y a rediseñar nuestra landing (que aún está en progreso, pero se viene).

No solo yo he explorado caminos alternativos a la programación. Varios hemos ido tanteando distintas áreas de acuerdo a nuestras inquietudes e intereses. Por ejemplo, hay algunos que se han involucrado en las reuniones con potenciales nuevos clientes, otros se metieron a mejorar nuestra metodología de desarrollo, otros a impulsar nuestra visibilidad, etc.

Realmente hay de todo y para todos. Podemos hacernos cargo de las cosas que nos gustan y que creemos que pueden ayudar a la empresa en sus distintas áreas que no solo tienen que ver con el mundo de la programación o desarrollo de software.

Lánzate

Muchas veces se dice que las mujeres estamos en desventaja en el mundo STEM. Después de haber estudiado computación y llevar casi 2 años trabajando como developer en Platanus, te puedo confirmar que acá esas desventajas no existen. Al final la gran diferencia a la hora de postular efectivamente era que ellos se atrevían más, pero los miedos son los mismos. Si nosotras nos atrevemos, esas diferencias desaparecen.

Además, te quería contar que en Platanus, todos tenemos exactamente las mismas oportunidades de tomar los distintos roles que requiere el desarrollo de un proyecto de software o liderar los distintos equipos de trabajo que tenemos: reclutamiento, metodología, calidad dev, nuevos clientes, etc. Acá la idea es trabajar en equipo, y mientras más diverso, mejor.

Si pudiera decirle algo a la Ale de hace 2 años, sería que absolutamente nadie espera que tengas nivel avanzado en los 20 skills que trae el anuncio y que no puedes esperar a ser experta en siquiera uno de esos skills para postular a un trabajo, esa expertise se va ganando con el tiempo.

En Platanus, el equipo sigue creciendo y cada cierto tiempo abrimos las postulaciones en nuestra página, así que si eres dev como yo y sientes que te falta experiencia, atrévete.



Alejandra Rojas

Desarrollando software en Platanus

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